El antagonismo entre el reclamo popular y el discurso gubernamental

La información se renueva minuto a minuto como el rating televisivo, sin que esto afecte la realidad cotidiana y propulsione una solución a los conflictos como el exitismo consumista pretendería.
En la agenda de los medios continúa ocupando el primer puesto el malestar de los maestros salteños, neuquinos y santacruceños, pero en el epítome diario de los gobernantes otros temas ocupan ese lugar.
Mientras en Santa Cruz se llevaba a cabo otra multitudinaria manifestación en repudio a la muerte del compañero Fuentealba y en reclamo de una mejora salarial, el Presidente de la Nación se preocupó por contestar las editoriales publicadas en un matutino capitalino y por dejar en claro sus diferencias con el actual gobernador de Neuquén Jorge Sobish.
Asimismo mostró su enojo con aquellos detractores de su imagen, al tiempo que recordó el hecho que arrojó como resultado la muerte de Kosteky y Santillán para establecer un paralelismo histriónico entre aquel desenlace y el del Neuquén.
En tanto que principalmente subrayó la muerte injustificada de un "compatriota" la cual calificó de "fusilamiento" sin otro motivo que el de despegarse de una postura totalitaria y despótica pero sin dar explicaciones de por qué en su provincia natal continúa la Gendarmería custodiando los establecimientos educacionales y se mantiene latente un operativo policial que ante cada proclama del pueblo se aposta en cada esquina riogalleguense.
Preocupa saber que mientras los políticos estén en sintonía disímil con respecto al pueblo, las demostraciones populares en lugares públicos y el descreimiento en los mecanismos democráticos para llegar a un acuerdo, serán moneda corriente.
Eso es lo que está ocurriendo y eso es lo que no entienden los prosélitos que ocupan altos cargos gubernamentales arancelados por la ciudadanía, a los que solo les preocupa sostener la oligarquía conseguida a través de un partido político que en sus bases sostiene todo lo contrario.
"En Santa Cruz no existe la oposición" esa es otra afirmación valedera y hay que tener cuidado con los que por lo bajo pretenden sacar tajada de tanto abandono oficial. Hoy en día la Unión Cívica Radical (UCR) no representa ni a sus propios afiliados y si con la presencia de algún que otro diputado en las marchas gremiales suponen que el vulgo los tomará como referentes salvadores, se equivocan.
El conflicto llegó a éste extremo por la inoperancia de los cuidadores del terruño presidencial, pero también por la falta de garra para mantener el equilibrio democrático en una Cámara de Diputados, totalmente adicta al Gobierno, por parte de lo que debió seguir siendo la oposición en Santa Cruz.
De una manera u otra el clima tenso se irá aflojando y cuando realmente se abra un espacio de diálogo es muy posible que se encuentre una solución para tanta disparidad sufrida por los empleados de la administración pública y los educandos, pero inmediatamente después se estará hablando nuevamente de elecciones y campañas proselitistas.
Hasta ahora sólo se habla de "sillas vacías" y mesas de diálogo en las que nadie coloquia y así el tiempo político se acorta y el hilo se pone cada vez más tirante.