martes, 8 de mayo de 2007

¡Santa Cruz! está levantada y anda

Desde ésta página queremos agradecer el apoyo del Obispo diocesano Juan Carlos Romanín a los trabajadores en lucha y sumarnos así a su pedido de paz y dignidad, para que en la labor llevada adelante por los dirigentes gremiales prime la razón y no la fuerza.
Hasta el momento no se habían registrado incidentes en las manifestaciones convocadas por la Mesa de Unidad Sindical, dado que se desarrollan con total conciencia ciudadana, aplicando el derecho a marchar sin violencia, sin armas, en familia y con la consigna de dignificar la actividad laboral tan devastada durante la última década.
Pero el Gobierno santacruceño (ese que ganó las elecciones con un 70 por ciento de los votos) no lo ve así. Ahora tiene a la gente manifestándose en las calles pacíficamente y no entienden que todo tiene un límite ¡A la caradurez hay que ponerle coto!
Todos estos individuos que vociferan en los medios pagados con fondos provenientes del Estado, tanto nacional como provincial, están sustentados por el trabajo de alcahuetes sin escrúpulos que han caído en lo más bajo del ser humano: querer mostrar el poder contra su propio pueblo, su prójimo, su vecino, tomando revancha y contribuyendo al "terrorismo de Estado".
Utilizar los recursos humanos y económicos en pos de campañas sucias que añaden mayor presión social a la ya existente, es atentar contra los contribuyentes que apostaron a la conducción política actual y que hoy los están echando. Y si a eso se le agrega el condimento de agentes del orden dispuesto a apalear a civiles desarmados: entonces estamos frente a un estallido social.
La situación política en Santa Cruz es insostenible y de no creer, ya hubo un muerto en la localidad de Las Heras (zona norte de la Provincia) el año pasado y anoche varios heridos fueron trasladados al nosocomio de Río Gallegos, debido a golpizas propinadas por Gendarmes y grupos especiales de la policía provincial apostados en inmediaciones de la casa vacía del Presidente de la Nación.
Desde que se instaló la carpa de la dignidad los funcionarios instalaron rumores sobre supuestos encapuchados con bombas molotov, infiltrados, violentos a sueldo y hasta una escena ridícula de un intento de magnicidio.
Ya todo el mundo sabe que no hay peor violencia que la proveniente del poder estatal y eso es totalitarismo, despotismo y abuso de poder. Contra eso los empleados solo cuentan con su orgullo, sus valores y sus cojones para sobrellevar la persecución ideología y física que un Gobierno autoritario lleva a cabo como respuesta a las demandas populares.
No se puede entender cómo algunos personajes de ambos lados, ante semejante realidad, todavía sigan pensando en el calendario electoral que se aproxima raudamente y que traten de sacar ventaja de hechos que marcarán la historia de Santa Cruz en lo más hondo.
A ellos: FUERA, FUERA, FUERA, FUERA!!!

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