sábado, 26 de mayo de 2007

Jalón de Victoria, Promesas de Derrota

Ya lo hemos dicho: Los logros serán medallas que nadie podrá quitarle a una sociedad asqueada de tanta corrupción y autoritarismo que perdió el miedo a manifestarse y a reclamar lo que le corresponde. Pero el sinsabor de haber caído derrotado, vencido por el cansancio y el desgaste de sus dirigentes, ante el poder de opresión de los tiranos es a éstas horas la demostración más humana de una crisis que estalló hace poco más de dos meses y hoy se da por terminada en Santa Cruz.
Hay que saber en qué momento bajarse del tren y cuando ponerle freno a la refriega entre trabajadores y patrones, es hora de llamarse a reflexión y juntar fuerzas para continuar más adelante, porque la lucha nunca termina y las pujas entre los débiles y los poderosos continuarán por siempre pero no debemos perder la memoria y contar ésta historia, nuestra historia, la que juntos forjamos.
Quizás nunca más volvamos a ser testigos de una pueblada semejante, ni tampoco alcancemos a ver los reflejos de una sociedad que crece en número y en cualidades. Ojalá hallamos aprendido la lección y no volvamos a cometer los mismos errores que permitieron que gente como Kirchner se perpetuara en el poder y generara la estructura necesaria para corromper, destrozar y azotar un sistema que es el único conocido en el mundo para sostener los Gobiernos: La Democracia.
Los manejos turbios, el abandono de las bases estructurales de una sociedad cansada, devastada y sobre todo desesperanzada, es el resultado de años de impunidad que parece ser la fórmula del éxito de los que en la actualidad "conducen los destinos de la Patria".
¿Éste es el país en serio que pregonan?
Durante toda la semana se discutirá en diversos ámbitos la decisión de los maestros de volver a clases, pero muy pocos podrán dar testimonio del acompañamiento y el sostén de una carpa, que ahora pasó a ser solo un símbolo de lo que alguna vez fue una pelea por la dignidad.
De a poco los ánimos se irán calmando y volveremos a una normalidad enrarecida, con la calma que da el reprimir los sentimientos ahogados con bronca y las ganas truncas de finalmente llegar a la victoria, esa que se convirtió en un jalón y en promesa de derrota ...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Déjenos su comentario y en breve será publicado. No es necesario tener un perfil público o correo electrónico. ¡Gracias por participar y formar parte!