sábado, 12 de mayo de 2007

"Es el mismo tren, solo cambiaron el maquinista"

Con esta frase Bonato, uno de los dirigentes de la ADOSAC, calificó la llegada de Daniel Peralta a la gobernación de Santa Cruz y así lo tomó la multitud que rondó las 20 mil almas que se nuclearon frente al Palacio Ejecutivo, para demostrar su rechazo al discurso partidario que ofreciera el flamante "gobernador" en el acto de asunción y en contra de la decisión de mantener en sus cargos a tres de los Ministros del gabinete de Sancho.
Al concluir el veloz acto de asunción y luego del reemplazo de Daniel Varizat por Pablo González, detrás del vallado que rodea Casa de Gobierno y separa al pueblo de los corruptos, comenzaron a salir los militantes oficialistas del Salón Blanco en medio de la protección de gendarmes fuertemente dotados de escudos y armamento.
Como si se tratara de una fiesta electoral algunos funcionario se mostraron indemnes en confiterías totalmente vidriadas y a la vista de todos, con una actitud despojada de toda percepción del clima social reinante en Río Gallegos.
Producto de esto anoche una multitud se agolpó en inmediaciones del Hotel Santa Cruz, donde además se hospedaba la prensa nacional, para repudiar la presencia allí de "lupineros", algunos intendentes y diputados provinciales.
Otro escrache similar pero con lanzamientos de huevos, harina y agua fue el que se le realizara hace pocas horas a la actual ministra de Desarrollo Social de la Nación y posible candidata a gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, quien se entraba almorzando en el restaurante Rocco de ésta ciudad Capital.
Este tipo de actitudes y reacciones espontáneas de la ciudadanía forman parte de la condena social tantas veces reclamada y que hoy se pone de manifiesto ante la desidia del poder político y la falta de compromiso del poder judicial.
Como si se tratara de una escena extraída del libro «Fuenteovejuna» aquellos que visten traje y ostentan un cargo político deberán fijarse lo que provocan en la opinión pública y revaluar su exposición antes de provocar mayor rechazo entre quienes tratan de hacer oír su voz y no son escuchados.
Parecen no darse cuenta de una realidad que nos incluye a todos como trabajadores, ciudadanos y sostenes de familia.
Hoy el conflicto lo han llevado, literalmente, a cada uno de los hogares santacruceños porque durante años se reclamó mayor apertura laboral y la creación de fuentes genuinas de trabajo; en vez de eso se engrosó la planta de empleados públicos y hoy en cada familia existen trabajadores municipales, policiales, docentes y en el mismísimo Gobierno, hecho que provocó disputas entre parientes debido a la presión laboral ejercida desde el Estado.
Lo que quedó claro en cada una de las manifestaciones convocada por la Mesa de Unidad Sindical, fue el rechazo generalizado de la represión y de la violencia como recurso para acallar el pensamiento independiente de los ciudadanos que se movilizan sin banderías políticas ni gremiales, solo fieles a sí mismos y a su dignidad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Déjenos su comentario y en breve será publicado. No es necesario tener un perfil público o correo electrónico. ¡Gracias por participar y formar parte!