¿Es o se hace?

Cristina, histérica por lo de la "valija", habría estrellado tres copas sobre las paredes de la Residencia Presidencial del Olivos y en medio de llantos habría dicho que "estoy cansada que todos los días nos tiren un muerto". Ésto motivó su ausencia en la comitiva presindecial que viajó a Bolivia el viernes pasado y profundizó la crisis interna entre la Primera Dama -si se la puede llamar así- y el todopoderoso Julio De Vido.

El episodio que dio como resultado la renuncia de la ministro de Economía Felisa Micelli semanas atrás, para nada quedó en el olvido y Kristinita más que tres copas de finísimo cristal está arrojando bombas contra su archirival Julito, a quien le achacan el desplazamiento de la integrante más sonriente del Gabinete nacional.

Ahora le tocó mover las piezas a De Vido, quien no dudó en sacarse de encima a Huberti para quedar bien con el Gran Pingüino.

Dicen por ahí que todo esto sería una vendetta. ¡Si ésto no es mafia! ¿Qué es?

Por estas horas la "primera ciudadana" estaría evaluando su próximo paso antes que el rey K le pegue cuatro gritos y así continuar con la campaña sin tanto histeriqueo. Pero no debe ser nada fácil con su aflicción, puesto que la bipolaridad que sufre desde hace varios años hace insoportable la tarea de quienes deben acompañarla protocolarmente.