Vialidad: Otra víctima del Estado mentiroso

Durante los años que gobernó la provincia de Santa Cruz Néstor Kirchner, nunca se le dio a los empleados estatales la calidad de "trabajadores", todo lo contrario: se los trató de rebajar al límite del esclavismo en beneficio del partido gobernante.
Hoy los lugares de trabajo fueron transformados en depósitos de "favores" y en unidades básicas en donde pululan militantes que ostentan cargos y pobres infelices que laburan por un sueldito a fin de mes, totalmente despojados de aquello que durante los últimos meses se reclamó en las calles: DIGNIDAD.
Desde que asumió (de manera extraña) como "conductor" de Santa Cruz el elegido Peralta, muchas fueron las promesas y las entrevistas dadas a la prensa como "hombre católico y defensor del diálogo". Pero ninguno de los reclamos fueron escuchados y mucho menos se les dio una solución profunda, solo se aplacó el león que se había levantado y que hoy solo descansa.
Ésta semana con bombos y platillos se anunció el otorgamiento de categorías a los empleados de la Administración General de Vialidad Provincial (AGVP). Otra mentira más.
Agentes con antigüedad en el organismo manifestaron al Cuervo que "la medida impuesta por el Gobierno provincial carece de efectividad puesto que solo sirvió para acomodar a algunos tal es el caso de la secretaria de la Secretaría General (Pamela), quien al hacer alarde de su confianza con la actual Presidenta del Consejo Provincial de Educación, Silvia Esteban, obtuvo una categoría 15" dejando en el camino a numerosos asalariados con mayor trayectoria y beneficiándose con los contactos políticos.
Éste caso no es aislado pero es un ejemplo claro de los atropellos que debe soportar un laburante durante su carrera administrativa hasta lograr la bien ponderada jubilación. Acomodos, dedocracia, injusticias y opresión es lo que ofrece Santa Cruz para lo que alguna vez significó la dignificación del trabajo en la doctrina justicialista.