¡MÍRELO BIEN PORQUE ÉSTO NUNCA MÁS OCURRIRÁ EN SANTA CRUZ!

Es increíble que a tan solo un año de haber sido testigos del levantamiento de todo un pueblo en contra de la opresión y el nepotismo, que le costó más de 20 heridos físicos, estemos cerrando el 2008 con otro sinsabor que pareciera no tener demasiada repercusión en el resto del país.
El seudojuicio a Varizat -que duró muy poco- se apresuró ante un panorama nada halagüeño para el ex funcionario K. Los engranajes del poder se apostaron para hacer mella ante la unidad y la fuerza que ejercieron miles de trabajadores que solo reclamaban lo que les corresponde y que obtuvieron palos en un Gobierno democrático como pretenden hacernos creer.
La Justicia debiera ser el recurso de los ciudadanos para refugiarse ante los aprietes, las amenazas y la corrupción, pero si ella misma está despojada de sus vendas y su balanza inclinada siempre para el mismo lado, entonces la sociedad estará en estado de indefensión.
Es así como se vive en Santa Cruz. Cuando los Kirchner no sean más Presidentes de la Nación continuarán usufructuando del feudo que supieron crear y gozarán de las benevolencias de haber abierto las puertas al narcotráfico, de haberse alzado con innumerables fondos de la obra pública y de haber creado los bolsones de pobreza en el que sustentaron, sustentan y sustentarán su poder.
La muchedumbre que se abalanzo en las calles en el transcurso de 2007, quedará en la historia de Santa Cruz y será un hito que irá diluyéndose en la memoria de los que participaron fervientemente de las marchas multisectoriales. Algo que fue legítimo, que nació del hartazgo colectivo, terminó en una Juicio que fue una payasada y que una vez más demuestra que "quien nace barrigón es añudo que lo fajen".
También es cierto que, como dijo el General: "Cada pueblo tiene el Gobierno que se merece" y en vez de preguntarnos si realmente nos merecemos tanto atropello, debemos poner la energía en recuperar los espacios perdidos o usurpados por aquellos que no tienen nada que dar a ésta sociedad y poner en marcha un plan para que resurja esa Argentina grande que alguna vez fue. El disenso es importante, como también el coloquio de ideas, pero más aun lo es una oposición que esté a la altura de las circunstancias y que eche por tierra la degradación institucional a la que uno tras otro los gobernantes contribuyeron.
Cuando retrocedemos apenas 30 años y revivimos el horror de la década del '70 no podemos creer que no hemos aprendido nada, que el "NUNCA MÁS" continuó siendo, el terrorismo de Estado se legitimó con el voto popular y que la Justicia que alguna vez cayó con el peso de la ley sobre los que arremetieron contra su pueblo hoy avala la delincuencia de los funcionarios corruptos y los amigos del poder.
SEÑORES: ¡QUÉ VERGÜENZA ES SER ARGENTINO!