martes, 19 de junio de 2012

Fraccionados

Han dividido las aguas de tal manera que no se puede estar al margen de una discusión. Ideas le dicen, pero si algo no abundan en estos momentos son justamente eso: "Ideas". Nos tienen atrapados en un laberinto con temas que históricamente sirvieron para desviar la mirada y así dejar pasar las cuestiones coyunturales que hunden cada vez más a la Argentina.
Dicen que el crecimiento económico es exponencial y sostenido. De eso que se encarguen los economistas que les encanta complicar la cotidianidad con variables abstractas. La inflación es una realidad sin medida oficial, el costo de vida está a niveles caros, aún para un europeo que sextuplica el valor de nuestra moneda, pero la nublada visión K dicta que debemos encolumnarnos tras las desacertadas decisiones de la Presidente, que una vez tras otra nos confunde, nos reta, nos adoctrina, sin siquiera demostrar una pizca de dignidad.
Para nadie es noticia que se robó, se roba y se robará, pero ¿Es esto justificativo para continuar dejando que ocurra? ¿Por qué es mucho más complicado querer avanzar en una Argentina sin "amigos"? A cada cual con su dulce ¡Es cierto! No se trata de ignorancia, de desconocimiento, de falta de apego a las normas. Simplemente que de tanto remarla en medio de la corrupción muchos se ven seducidos por la eterna zanahoria delante del conejo y sucumben ante las mieles del poder que ofrece sin restricciones lo que de forma honrada jamás se podría conseguir.
¡Es verdad! Las generalidades no son buenas, pero cuando un tipo honesto se da cuenta que siempre se pide algo a cambio (en éste caso la dignidad) ya es tarde y debe continuar su camino y sumarse a la cooptación de voluntades, que muchas veces nada tienen que ver con las necesidades básicas, ni con el desespero y el hambre. Si de estrategia se trata, esa fue la más acertada para conservar el poder: Dividir, siempre dividir y de vez en cuando hacer feliz a alguien.
Mucho se critica a la clase media que en definitiva es la que sostiene semejantes atropellos. Pero no se puede andar por la vida doblegando personas, haciendo del Estado un club para el despilfarro, sin que ello no acarree consecuencias. En definitiva "nadie va preso" en éste país, las culpas no se pagan y el mensaje es llegar para robar. Eso sí, las cárceles están llenas, no cabe un alfiler, pero son los pobres los que padecen el largo camino judicial porque los ladrones de guante blanco son quienes sortean con artilugios las amplias interpretaciones de la Ley.
En el medio, el votante, esa entelequia que cada dos años se le da protagonismo, se lo busca, se lo endulza para luego abandonarlo a su suerte con el único mandato de arrastrarse ante un funcionario público para conseguir lo que por medio de la institucionalidad debiera. 
Luego están los otros, los que se resisten, los que no están de acuerdo, los que buscan una salida de ese entuerto en el que nos mete cada gobierno, los que observan pero deben callar para terminar espetando un "te lo dije" antes de volcarse a las calles para batir las cacerolas como único recurso civilizado de protesta.


Las cosas así no se cambian, ya lo sabemos ... estamos en un circulo vicioso que solo podremos romper cuando la sociedad descubra la decisión que está evitando tomar.

Un plus extra, una entrevista que expresa el enojo de muchos argentinos

2 comentarios:

  1. Hace tiempo que no publicabas nada Cuervo ¡Volviste!

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  2. No se quien es ese Ramos que entrevistó Gonzalez Oro pero tiene razón. Coincido con él y no me guionó ni el dueño de Clarín ni ningún otro energúmeno que se le pueda ocurrir a un K. Los guionados son ellos.

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