martes, 8 de junio de 2010

Y LOS CHICOS SIGUEN SIN COMPUTADORA

Semanas atrás la Presidente de la Nación anunció el plan que tendría por objetivo final que cada estudiante de la argentina, en especial los de escuelas industriales, se hiciera acreedores de una netbook como parte de las herramientas modernas necesarias para su capacitación.
Muchos se mostraron escépticos ante semejante anuncio, pero al fin llegaron a tierras pingüinos las tan anunciadas computadoras. Se entregaron en un gran acto con la presencia del Gobernador Peralta, se sacaron fotos a los alumnos con sus respectivas máquinas y al término del acto se les pidió que las dejasen en el establecimiento con la promesa que luego se las devolverían.
Los días pasaron y hubo diversas versiones al respecto. Una fue la somera expoliación que le dieron a los chicos y otra la versión oficial de funcionarios de tercera línea que no conformó a nadie.
Lo cierto es que entre el discurso de la Presidente en momentos que realizó el anuncio y la forma en que se está llevando a cabo la entrega de las netbook, hay un largo trecho. Como resultado los estudiantes no pueden hacerse de sus flamantes herramientas de estudio hasta que las autoridades decidan algo que ya cae de maduro: Todo es un fiasco. Cada chico debería tener una PC y no compartirla, así no era lo establecido.
Lo argumentado desde los estamentos educacionales es que no pertenecen a los alumnos sino al establecimiento. A ellos les decimos, desde este humilde espacio, que el Estado cuenta con innumerables recursos que pagamos todos y nunca se les exigió a los que ostentan cargos en la administración central que al concluir su horario laboral dejen en el lugar de trabajo los celulares que pagamos todos, los vehículos oficiales (que deberían permanecer un un corralón), ni las computadoras portátiles que ni siquiera están inventariadas y que luego nunca devuelven, pero tampoco nadie reclama.
¿Es justo hacerle ésto a los pibes? ¡Qué vergüenza señores! De ésto nadie se hace cargo y despues pretenden educar gente decente, cuando el mensaje que les dejan es la ley del más fuerte y que ser inoperante es lo que da réditos.

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