En la sala de guardia del Hospital Regional Río Gallegos (HRRG) falleció un bebé de tan solo 17 días luego que el médico pediatra solicitara sin éxito la internación del infante. Ante el infeliz desenlace, los padres y cinco hombres más ingresaron al consultorio del doctor González y le propinaron una paliza.
Los padres del niño fallecido habrían concurrido al nosocomio en varias oportunidades sin quedar conformes con la atención médica, aún así insistieron hasta que fue atendido en un cuarto que no está preparado para ese tipo de patologías tan específicas.
Al médico no lo defendió nadie y según cuentan los testigos tampoco hubo intervención policial. Los familiares del niño fallecido explicaron que se sintieron desamparados porque a pesar de estar dentro de un lugar donde debería haberse hecho todo lo posible para salvar una vida, solo encontraron problemas.
El hecho no fue reflejado en los medios tal cual sucedió, solo esbozaron un costado de la realidad. Ninguna autoridad dio explicaciones ni se hizo cargo del asunto. Al profesional de la salud lo enviaron a su casa con parte médico debido a los golpes recibidos dentro de la Guardia. Un sumario administrativo está en puerta. Los destrozos en esa área del HRRG fueron evidentes.
Una vez más somos testigos de una cadena de irresponsabilidades. Una personita falleció y para algunos es más importante los golpes que la muerte. Hemos naturalizado la violencia porque ya no sabemos de donde viene.
Un Estado enclenque que no asegura sus Instituciones, un Gobierno ausente que no da respuestas, gente desamparada, deshumanización, angustias, reclamos, decadencia.
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