Mientras la Presidente de la Nación es noticia por tanto botox e interés por mantenerse a la moda y planificaciones de viajes, en el norte de éste bendito país dio comienzo una huelga de hambre que tiene como protagonistas a 200 jujeños que reclaman dignidad y derechos a los recursos más básicos que un ser humano puede pretender.
La miseria es un flagelo del que no se puede escapar, pero no tiene asidero en un país donde la carne, le leche, las verduras y hasta “un yuyo” como la soja sostienen gran parte de la economía local y regional.
Lamentablemente otra vez la Argentina es identificada en el mundo por su miseria y corrupción. Todavía no se solucionó el meollo con el campo, cuyo conflicto dejó una de las postales más aberrantes como la de arrojar a los costados de la ruta alimentos principales de la cadena alimenticia, que por si fuera poco en algunas provincias la cantidad de niños con hambre siguen sumando cifras escalofriantes y poco justificables, dentro de una estructura que se dice “progre” pero se aferra a la dádiva y la creación de bolsones de pobreza con fines electoralistas.
Ya no es novedad que la proliferación de las villas miserias en diferentes ciudades de la Argentina esté íntimamente ligada a la manipulación de punteros políticos que prometen pero no cumplen. Todo eso sumado a la incesante deserción escolar que ahonda aún más el bajo nivel intelectual de la población. Hambre, desprecio por el pobre y analfabetismo son el caldo de cultivo de un país que no hace nada por sostener siquiera su calidad de “emergente” y caprichosamente se sumerge en la caída irreversible que provocan aquellos que se dicen “conductores políticos” o funcionarios de turno.
Son innumerables las denuncias periodísticas sobre negocios turbios, faltas de justicia, impunidad, sobrefacturación en la obra pública, enriquecimientos ilícitos y otras tantas cosas de la que nos hemos enterado, que parece no afectarnos ya y leemos sin asombro cada una de las publicaciones.
También nos hemos acostumbrado a que las elecciones son manipuladas y a nadie le importa, que cada año electoral aparecerán más y más heladeras, lavarropas, televisores, como antaño entregaban alpargatas ¿Para qué? Para así ganar por ganar y sostener un imperio hueco, sin doctrina, sin planificación, por el solo poder mismo y el incremento de las arcas de unos pocos.
De 625 mil habitantes de Jujuy, 200 mil están bajo la línea de pobreza y hoy están diciéndole al mundo ¡BASTA! ¿No deberíamos todos decirlo también? O es que los “coyitas” valen menos que los ocupas en Santa Cruz o los de la Villa 31 en Buenos Aires?
¿Dónde están los D’elía, las Madres de Plaza de Mayo, los asistentes sociales como Alicia Kirchner, los diputados que enarbolan la Justicia Social y los Justicialistas en general?
Solo el padre Jesús Olmedo junto al Premio Novel de la Paz Pérez Esquivel, alzaron su voz para dar a conocer el reclamo y solo algunos medios de comunicación se hicieron eco de ése llamado desesperado, porque tampoco les importa a los gobernantes que un puñado de pobres perezcan ante tamaña solicitud.
Es más importante que el Vicepresidente de la Nación no aparezca en la pantalla de Canal 7 o que no se lo entreviste en Radio Nacional, que dar a conocer una realidad latente en cada uno de los rincones de la Argentina que supimos conseguir.
La miseria es un flagelo del que no se puede escapar, pero no tiene asidero en un país donde la carne, le leche, las verduras y hasta “un yuyo” como la soja sostienen gran parte de la economía local y regional.
Lamentablemente otra vez la Argentina es identificada en el mundo por su miseria y corrupción. Todavía no se solucionó el meollo con el campo, cuyo conflicto dejó una de las postales más aberrantes como la de arrojar a los costados de la ruta alimentos principales de la cadena alimenticia, que por si fuera poco en algunas provincias la cantidad de niños con hambre siguen sumando cifras escalofriantes y poco justificables, dentro de una estructura que se dice “progre” pero se aferra a la dádiva y la creación de bolsones de pobreza con fines electoralistas.
Ya no es novedad que la proliferación de las villas miserias en diferentes ciudades de la Argentina esté íntimamente ligada a la manipulación de punteros políticos que prometen pero no cumplen. Todo eso sumado a la incesante deserción escolar que ahonda aún más el bajo nivel intelectual de la población. Hambre, desprecio por el pobre y analfabetismo son el caldo de cultivo de un país que no hace nada por sostener siquiera su calidad de “emergente” y caprichosamente se sumerge en la caída irreversible que provocan aquellos que se dicen “conductores políticos” o funcionarios de turno.
Son innumerables las denuncias periodísticas sobre negocios turbios, faltas de justicia, impunidad, sobrefacturación en la obra pública, enriquecimientos ilícitos y otras tantas cosas de la que nos hemos enterado, que parece no afectarnos ya y leemos sin asombro cada una de las publicaciones.
También nos hemos acostumbrado a que las elecciones son manipuladas y a nadie le importa, que cada año electoral aparecerán más y más heladeras, lavarropas, televisores, como antaño entregaban alpargatas ¿Para qué? Para así ganar por ganar y sostener un imperio hueco, sin doctrina, sin planificación, por el solo poder mismo y el incremento de las arcas de unos pocos.
De 625 mil habitantes de Jujuy, 200 mil están bajo la línea de pobreza y hoy están diciéndole al mundo ¡BASTA! ¿No deberíamos todos decirlo también? O es que los “coyitas” valen menos que los ocupas en Santa Cruz o los de la Villa 31 en Buenos Aires?
¿Dónde están los D’elía, las Madres de Plaza de Mayo, los asistentes sociales como Alicia Kirchner, los diputados que enarbolan la Justicia Social y los Justicialistas en general?
Solo el padre Jesús Olmedo junto al Premio Novel de la Paz Pérez Esquivel, alzaron su voz para dar a conocer el reclamo y solo algunos medios de comunicación se hicieron eco de ése llamado desesperado, porque tampoco les importa a los gobernantes que un puñado de pobres perezcan ante tamaña solicitud.
Es más importante que el Vicepresidente de la Nación no aparezca en la pantalla de Canal 7 o que no se lo entreviste en Radio Nacional, que dar a conocer una realidad latente en cada uno de los rincones de la Argentina que supimos conseguir.
En Santa Cruz todavía no sabemos lo que es «ser pobres» ¿Vamos a esperar a saberlo?
ResponderBorrarFUERZA CUERVO!!!
-Cada 24 horas 25.000 personas mueren de hambre.
ResponderBorrar-1000 millones viven con menos de 1 dolar al día.
-Las guerras y la violencia matan a 900.000 humanos al año.
¿Por qué?
Guillermo Banchio, quien te escribe, queria expresarte, que tenia un blog de diversion de humor. Pero ahi realidades en el mundo que te llegan y te tocan. Te piden que dejes de ser egoista e ignorante y me piden que rebele la realidad del mundo: que es la pobreza, la corrupcion, la estafa, etc. etc. Por eso, renuevo mi blog y le doy como una vuelta de género. Te comento que puse una poblicidad del tuyo al costado del mio, estaria bueno que pongas un link del mio en el tuyo . Saludos atentamente.. Guillermo Banchio
MI BLOG: ilmigliorsito.blogspot.com